El Partido Popular (PP) dio inicio este viernes a su 21º Congreso Nacional en el recinto de Ifema, en Madrid, bajo el lema «Toma partido por España». Este encuentro, que se prolongará hasta el domingo, busca principalmente proyectar una imagen de cohesión y solidez interna, en contraste con el Gobierno central, que enfrenta un período de crisis y desgaste.
Mas de 3.200 delegados se congregaron para apoyar al líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, quien busca continuar en su cargo al frente de la organización sin oponentes en la competencia interna. En el primer día del evento, se escucharon discursos de líderes importantes, se presentó el informe de actividades y se mostró material audiovisual con una crítica hacia el Gobierno actual, al que se le acusó de no ser transparente y de llevar al país a una situación incierta.
Uno de los aspectos centrales de esta edición del Congreso ha sido la renovación del equipo directivo. Feijóo ha reforzado su liderazgo con el nombramiento de Miguel Tellado como secretario general, concentrando así bajo su mando la estructura organizativa y la estrategia electoral del partido. Otros cambios relevantes incluyen la designación de Ester Muñoz como portavoz parlamentaria, Alberto Nadal en la vicesecretaría de Economía y Jaime de los Santos en las áreas de Educación e Igualdad. Esta remodelación evidencia el claro predominio del sector gallego dentro del partido y un giro hacia posiciones más firmes frente al Ejecutivo socialista.
La coincidencia del Congreso con la celebración del Comité Federal del PSOE no es casual. Desde el PP han señalado que esta superposición responde a una maniobra del partido en el Gobierno para restar impacto a su evento, al tiempo que aprovecharon para subrayar las diferencias entre ambos proyectos políticos. En este contexto, los líderes populares hicieron hincapié en la existencia de “dos caminos distintos”: uno “consolidado, unido y preparado para gobernar”, y otro “a la deriva, marcado por la incertidumbre y la crisis interna”.
Este enfrentamiento discursivo cobra especial relevancia tras la detención de un exdirigente socialista, hecho que ha generado un notable desgaste para el Ejecutivo y ha abierto la puerta a una estrategia opositora basada en capitalizar ese desgaste político y judicial.
Durante la Convención se discutirán y ratificarán dos ponencias esenciales: la de Reglamentos y la de Estrategia General. En estas se establecerá el método de selección del liderazgo mediante delegados, excluyendo la opción de elecciones primarias abiertas, y se reafirmarán posturas políticas tradicionales en asuntos como la inmigración y el medio ambiente. Además, el texto permite la posibilidad de pactos postelectorales con otras agrupaciones de derecha, dentro del marco constitucional, con el objetivo de ampliar el alcance electoral del PP.
El programa del evento incluye también intervenciones de figuras internacionales de peso, como el presidente del Partido Popular Europeo y el primer ministro portugués, quienes reforzarán el mensaje de unidad y la proyección europea del partido. El Congreso concluirá con el discurso de clausura de Feijóo, que servirá para consolidar su candidatura a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones.
En definitiva, este Congreso se presenta como un acto de reafirmación interna y de preparación electoral, donde el PP busca mostrar un frente sólido y cohesionado frente a un Ejecutivo dividido y debilitado. El liderazgo de Feijóo sale reforzado tras una remodelación estratégica del equipo directivo, con la intención de proyectar una imagen renovada y capaz de atraer a amplios sectores del electorado moderado y conservador.
La cita también pretende cerrar viejas heridas internas y dejar atrás episodios de tensión que han marcado a la formación en convocatorias anteriores. Con un mensaje claro de unidad y un plan definido, el PP se posiciona como el principal rival a batir en el escenario político español, anticipando una campaña electoral intensa en la que la estabilidad y la capacidad de gobernar serán las principales banderas.